Los
nuevos enclaves declarados son: las fosas comunes de los cementerios de
Andújar, Martos, Linares y Úbeda, en Jaén
Jaén Fosas comunes del cementerio de Andújar
La
represión llevada a cabo por las fuerzas sublevadas dejó en Andújar el balance
de 93 fusilados en las tapias del cementerio, cinco muertos en las prisiones de
la ciudad y 18 vecinos más que fueron asesinados en la capital jiennense. En el
cementerio andujareño existen al menos dos fosas comunes. La primera de ellas
se localizaría en el muro oeste y la segunda siguiendo la línea del antiguo
muro norte que delimitaba la zona católica. Esta última se encontraría en la
actualidad en medio del camposanto por las sucesivas ampliaciones del recinto.
Fosas comunes del cementerio de Martos
Los
primeros fusilamientos se produjeron en Martos el 10 de mayo de 1939, con 68
represaliados. El 10 de marzo de 1942, a los pocos días de hacerse con el
control militar un nuevo teniente coronel, tiene lugar la ejecución sumarísima
del que fuera alcalde de Martos durante la II República y secretario general de
UGT en la localidad. La exhumación de los cuerpos del regidor y del líder
sindical tuvo lugar a comienzo de los años 80 de la pasada década.
Fosa común del cementerio de
Linares
La fosa de las personas asesinadas en Linares está localizada en
el patio de San Diego del cemente-rio municipal. Se calcula que podría albergar
los restos mortales de 66 víctimas. El 14 de abril de 1939 comenzaron los
fusilamientos en las inmediaciones del cementerio de la ciudad. En total fueron
58 los linarenses ejecutados hasta septiembre de 1941.
Fosa común del cementerio de
Úbeda
Concluida la Guerra Civil, en 1939 se establecen en Úbeda cuatro
juzgados militares del Ejército de Operaciones del Sur desde los que se
tramitan miles de informes de conducta político-social y se realizan centenares
de detenciones e interrogatorios. También se habilitan edificios como cárceles,
donde se hacinarán los detenidos a la espera de comparecer ante el Consejo de
Guerra.
el Consejo de Gobierno de la Junta de
Andalucía, que ha adoptado, entre otros, el siguiente acuerdo: a propuesta de
izquierda unida (IULV-CA)
|
El Gobierno andaluz declara Lugares de Memoria
Histórica
34 enclaves representativos de la represión
franquista
El
ciclo cronológico de los asesinatos en Úbeda abarca desde abril de 1939 a junio
de 1940. Las fuentes documentales una extensa bibliografía apuntan a que la
relación nominal de víctimas de la fosa común de esta población la componen 75 personas.
Los espacios,
en las ocho provincias, incluyen fosas comunes, cementerios, cárceles, antiguos
campos de batalla, rutas guerrilleras y refugios antiaéreos
El Consejo
de Gobierno ha aprobado la declaración de 34 Lugares de Memoria Histórica en
las ocho provincias andaluzas, de acuerdo con el decreto autonómico de agosto
de 2011 que instaura esta figura para recordar los principales emplazamientos
de la represión franquista y homenajear a las víctimas de la Guerra Civil y la
Dictadura. Con ellos son ya 50 los espacios de este tipo reconocidos en la
comunidad autónoma
Los nuevos enclaves declarados son:
las fosas comunes de los cementerios de Andújar, Martos, Linares y Úbeda, en
Jaén; la prisión
provincial y la cárcel de mujeres de Málaga, el cementerio de Ronda, las fosas
de Istán, Villanueva del Cauche y Teba, en la provincia de Málaga, y La
Pañoleta de Camas, el Canal de los Presos, el Parque de los Luchadores por la
Libertad de Fuentes de Andalucía y la fosa del cementerio de La Puebla de
Cazalla, en Sevilla; los refugios antiaéreos de Almería; los muros de Puerta de
Tierra en la ciudad de Cádiz, el Penal de El Puerto de Santa María, la ‘Fosa de
las Mujeres’ de Grazalema y el Valle de la Sauceda de Jimena de la Frontera, en
la provincia de Cádiz; las fosas comunes de los cementerios de la Guijarrosa y
Santaella, la ruta guerrillera de Los Jubiles en Montoro, el Barranco de la
Huesa y la zona de la Batalla de Valsequillo, en la provincia de Córdoba; el
Barranco de El Carrizal de Órgiva, la desembocadura del río Guadalfeo en
Salobreña, las estructuras defensivas del ‘Cerco de Granada’ y la puerta de la
Prisión Provincial, en Granada; la cárcel provincial onubense, las fosas
comunes de La Palma del Condado y del cementerio viejo de Almonte, la Isla de
Saltés, el Membrillo Bajo en Zalamea la Real y el muro del Parque Moret de la
capital, en Huelva
De acuerdo con el decreto regulador
de esta figura, la consideración de un emplazamiento como Lugar de Memoria
Histórica obliga a la Administración pública titular a garantizar su
identificación,
señalización, preservación y, en el caso de que experimente alguna
transformación de importancia, a mantener una huella o registro permanente que
sirva para recordar los hechos relacionados con el sitio. Cuando la propiedad
es privada, la Junta fomenta la firma de acuerdos con las personas y entidades
titulares.
Los Lugares
de Memoria Histórica se inscriben en un catálogo específico de carác-ter
público que contiene la documentación de cada emplazamiento y la adicional que
se pueda generar y sea de utilidad para estudios e investigaciones.
La
declaración, que corresponde al Consejo de Gobierno, conlleva un informe
ex-haustivo con documentación sobre el lugar, su evolución histórica y la
narración de los hechos que motivan su reconocimiento con los datos sobre las
personas e instituciones que se vieron involucradas.
Grupo de expertos
El
inicio del procedimiento es competencia de la Dirección General de Memoria
Democrática, dependiente de la Consejería de Administración Local y Relaciones
Institu-cionales. El proceso se prolonga durante seis meses y cuenta con el
apoyo de un grupo de seis expertos, coordinados por la persona titular de la
citada dirección general. Tres de ellos representan a las asociaciones y
colectivos memorialistas de la comunidad autónoma y los otros tres al Consejo
Andaluz de Universidades.
Los 34 Lugares de
Memoria Histórica declarados hoy forman parte de un conjunto de 61 propuestas
realizadas por ayuntamientos, diputaciones provinciales y asociaciones. Las 27
restantes continúan en fase de estudio.
Estos nuevos enclaves se suman a los 16 ya declarados en Andalucía: el monu-mento a los asesinados en el
Campo de Concentración de Mauthausen y la antigua cárcel del Ingenio, en
Almería; el Castillo de San Sebastián, en Cádiz; la fosa común del Cortijo El
Marrufo, en Jerez de la Frontera (Cádiz); los Muros de la Memoria en los
cementerios dela Salud y de San Rafael, en Córdoba; las tapias del cementerio
de Granada y la carretera entre los municipios granadinos de Víznar y Alfacar;
la fosa común del cementerio de Nerva (Huelva); el refugio antiaéreo de Jaén y los vestigios de la Batalla de Lopera en
este municipio jiennense; la carretera Málaga-Almería y el cementerio de
San Rafael de Málaga, y las antiguas cárcel de la Ranilla y Comisaría de
Investigación y Vigilancia de la calle Jesús del Gran Poder, en Sevilla, así
como la Casa de Blas Infante en Coria del Río y el lugar de su fusilamiento en
el kilómetro 4 de la antigua Carretera de Carmona, en el término municipal
hispalense.
El Gobierno andaluz subraya la
importancia de acuerdos como el adoptado hoy para hacer justicia a las víctimas
de la represión franquista y reforzar los pilares de lademocracia en un momento
como el actual. En
este sentido, el Ejecutivo recuerda que Andalucía es casi la única comunidad
autónoma que mantiene políticas dirigidas a este fin, frente al
desmantelamiento presupuestario de las mismas por el Gobierno de España,
criticado por la Naciones Unidas.
El Consejo
de Gobierno destaca que esta políticas son fundamentales para no co-meter
errores en el futuro, consolidar las libertades y honrar la memoria de quienes
defendieron la democracia contra regímenes totalitarios. Actualmente, la
Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales está
finalizando los trabajos de elabora-ción del proyecto de la Ley de Memoria
Democrática de Andalucía, que permitirá consoli-dar y reforzar las medidas de
la Junta en este campo.
Anexo
Almería
Refugios antiaéreos de Almería
Los refugios antiaéreos de Almería conforman una red de galerías
subterráneas para proteger de los bombardeos a los habitantes de la ciudad. Su
construcción, que se prolongó desde febrero de 1937 a la primavera de 1938, fue
impulsada fundamentalmente por las autoridades republicanas. Con 4,5 kilómetros
de galerías y 67 accesos, los refugios tenían capacidad para albergar a más de
34.000 personas (más de la mitad de la población total de Almería durante la
guerra). La red se distribuye bajo dos patrones: el de pequeñas estructuras
independientes localizadas en puntos estratégicos y el de una gran galería que
recorría el subsuelo del Paseo de Almería, en perpendicular al mar.
Cádiz
Muros de Puerta de Tierra de Cádiz
Los muros de Puerta de Tierra son testimonio de la lucha de una
ciudad en defensa de sus derechos democráticos frente a los militares
sublevados, que acabaron a sangre y fuego con la resistencia popular e
institucional en Cádiz. Estos muros se convirtieron en paredón de ejecuciones:
en el verano de 1936, a las seis de la tarde, muchos gaditanos fueron fusilados
junto al torreón. La maquinaria de la represión se puso inmediatamente en
marcha y desde el principio buscó adoptar medidas ejemplarizantes, con
ejecuciones públicas concebidas en muchos casos como espectáculo.
Penal de El Puerto de Santa María
En el año 1891 se creó una penitenciaría-hospital en el antiguo
convento de la Victoria. Las condi-ciones de este establecimiento sufrieron un
drástico empeoramiento tras la guerra civil y la dura posguerra. La población
reclusa aumentó por la elevada cantidad de prisioneros de guerra y por delitos
no comunes. La capacidad del penal se desbordó hasta el hecho de convivir en él
más de 6.000 presos.
Las condiciones del centro eran inhumanas por el hacinamiento, la
suciedad, el hambre y las en-fermedades infectocontagiosas. En 1940, sobre una
población en el municipio de 22.264 habitantes el 18,72% se encontraba
cumpliendo condena, porcentaje que aumenta espectacularmente al restringir la
comparación a la población masculina, hasta un 32,09 %, unos 5.500 presos. Tres
de cada diez hombres que habitaban El Puerto de Santa María en 1940 eran
reclusos.
La Fosa de las Mujeres de Grazalema
Grazalema, una de las principales poblaciones de la sierra
de Cádiz, fue controlada en un primer momento por efectivos sublevados de la
Guardia Civil, pero el 24 de julio de 1936 fue tomada por una columna del
Gobierno de la República procedente de Ronda. El 12 de septiembre la población
fuebombardeada por la aviación sublevada y ocupada definitivamente el 14. En la
finca "El Retamalejo", en el paraje conocido como Cañada de las
Mujeres, se localiza una fosa con 16 víctimas, un niño de quinces años y 15
mujeres. Fueron fusiladas en una curva de la carretera A-372 cercana al punto
kilométrico 56 (‘La Curva de las Mujeres’), y enterradas en un horno de carbón
vegetal.
En agosto de 2008, 72 años después de los hechos, el
Ayuntamiento de Grazalema y la Diputación de Cádiz llevaron a cabo la
exhumación de los cuerpos. Los restos del niño y de las mujeres (tres de ellas
embarazadas) se trasladaron al cementerio, donde se ha levantado un mausoleo de
hormigón blanco.
Valle de la Sauceda
El Valle de la Sauceda se extiende por los términos
municipales de Cortes de la Frontera (Málaga) y Jimena de la Frontera, Ubrique
y Jerez de la Frontera (Cádiz). Este enclave fue el último lugar de resistencia
de las poblaciones del entorno que huían del avance de las tropas sublevadas.
Se calcula que en la zona se refugiaban más de mil personas, de las que entre
300 y 600 fueron fusiladas.
Los primeros trabajos llevados a cabo en el verano de 2012
permitieron hallar 28 cuerpos de vícti-mas de la represión en el entorno del
cortijo de El Marrufo (Jerez de la Frontera). Tras los estudios
antropo-lógicos, los restos fueron inhumados en un mausoleo construido en el
viejo cementerio de La Sauceda. Los trabajos de prospección continúan ante las
evidencias de otras posibles fosas comunes.
Córdoba
Fosa común del cementerio de Santaella
El Foro de la Memoria, que exhumó la fosa de Santaella en
2005, registró 6 fusilados. Los restos se localizaron en tandas de más de dos
personas en un cuadro que abarca la zona ajardinada del interior del
cementerio. No obstante, se piensa que existen más víctimas enterradas bajo una
hilera de panteones familiares recientes. En este lugar, un monolito
conmemorativo recuerda a los asesinados tanto en este cementerio como en el la cercana
aldea de La Guijarrosa.
Fosa común del cementerio de La Guijarrosa.
Santaella
La fosa de La Guijarrosa se localiza en un área próxima a
la entrada principal del cementerio. Con unas dimensiones de 20 metros de largo
por 5 de ancho, fue exhumada en 2005. En su interior aparecieron los restos
óseos de 17 personas. Un monolito con una placa conmemorativa en honor a las
víctimas preside hoy este lugar. Los cuerpos, cuya identidad se desconoce,
descansan en el cementerio de Santaella.
Ruta guerrillera de los Jubiles. Montoro
Los hermanos Jubiles, vecinos de Bujalance y maquis de
Sierra Morena, lucharon contra los golpis-tas desde el comienzo de la Guerra
Civil hasta 1944. Al final de la contienda, se ocultaron en la sierra junto con
otros resistentes e hicieron largas marchas para evitar ser localizados.
Atracaban a los terratenientes para obtener fondos y eran víctimas de
emboscadas. La noche del 6 de enero de 1944, el grupo guerrillero en el que se
encontraban los Jubiles se refugió en la casilla del Cortijo de Mojapiés, en
Montoro. Un infiltrado se lo dijo a la Guardia Civil, que no dudó en asediar la
finca, reducir el cortijo a escombros y matar a todos los que allí se
encontraban.
En el término montoreño quedan vestigios de esta historia.
La ruta guerrillera de los Jubiles, entre Montoro y Córdoba, comienza tomando
la carretera N-420 hacia Cardeña, en el punto kilométrico 55. Prosigue a unos 9
kilómetros del cruce con la Autovía del Sur, donde se localiza una serie de
cortijos de olivar llamada El Madroñal. Desde ahí, parte un carril en dirección
hacia el arroyo de Mojapiés y el cortijuelo del mismo nombre. Esta edificación
se encuentra actualmente en ruinas, tal y como quedó tras el asalto.
Ruta del Barranco de la Huesa. Villaviciosa
de Córdoba
Villaviciosa de Córdoba y su término municipal ocuparon un
lugar protagonista en la lucha guerri-llera posterior a la contienda, tanto por
las condiciones naturales del territorio como por la distribución del hábitat
humano. La dura represión y la exclusión social y laboral llevó a numerosos
vecinos a huir y refugiarse en la sierra, donde organizaron la resistencia
armada. Uno de los principales episodios tuvo lugar en la madrugada del 11 de
junio de 1947, cuando fuerzas de la Guardia Civil cercaron y mataron en el
barranco de la Huesa a cinco hombres que constituían el llamado Estado Mayor de
la Tercera Agrupación Guerrillera. Los cadáveres fueron expuestos en la plaza
del pueblo y vejados públicamente.
Zona de la batalla de Valsequillo. Córdoba
La batalla de Valsequillo, a principios de 1939, fue una de
las últimas operaciones militares planifi-cadas por el Gobierno de la
República. Participaron más de 160.000 soldados (90.000 republicanos y 70.000
sublevados). El 5 de enero un primer y rápido ataque desde el este de Badajoz
consigue abrir brecha en el frente sublevado y penetrar en el norte de Córdoba,
hasta las cercanías de Fuenteovejuna, donde se topa con una dura resistencia en
la Sierra Trapera (Valsequillo) y en el cerro Mano de Hierro (Hinojosa del
Duque). El 14 de enero comienza la contraofensiva franquista, que recupera
todas las poblaciones perdidas y devuelve al ejército republicano a sus
posiciones iniciales. Durante esta batalla mueren más de 8.000 personas (6.000
republicanos y 2.000 sublevados). Las fuerzas sublevadas hacen millares de
prisioneros que llevan a dos campos de concentración improvisados en La
Granjuela y Valsequillo.
Granada
Barranco de El Carrizal. Órgiva
El barranco de El Carrizal en Órgiva es un símbolo de la
represión en la Alpujarra granadina. Se cal-cula que en su entorno hay 4.000
personas enterradas. En julio de 1936 el ejército sublevado ocupa rápidamente
las poblaciones de Lanjarón y Órgiva, entrada natural a la comarca. Una brigada
especial de la Guardia Civil sembró el terror entre los habitantes. Se
cometieron innumerables asesinatos sin juicio. Lamayoría de las víctimas eran
habitantes de la Alpujarra y personas detenidas durante la huida que se produjo
en la carretera Málaga-Almería en 1937. Muchas de ellas acabaron en las fosas
comunes del barranco de El Carrizal.
Estructuras defensivas del Cerco de Granada
Tras el golpe del 18 de julio, la ciudad de Granada cae
bajo el control franquista pero los militares sublevados quedan aislados dentro
de una zona fiel al Gobierno republicano. Mientras la zona sur será
progresivamente ocupada tras la llegada de tropas de apoyo y la caída de
Motril, al norte de la capital los frentes se irán estabilizando y fortificando
en las zonas de Albolote, Deifontes, Cogollos, Iznalloz, Cogollos de la Vega,
Colomera, Víznar, Alfacar y Huétor de Santillán, así como en las estribaciones
de Sierra Nevada situadas al este. El conjunto de frentes, salpicado de
estructuras defensivas, y conocido con el nombre de “Cerco de Granada”,
permanece estable durante toda la guerra, con algunas escaramuzas y ofensivas
sin especial significación. Baza se convirtió en la capital administrativa de
la zona de la provincia controlada por el Gobierno de la República.
Carretera
Málaga-Almería en la desembocadura del río Guadalfeo. Salobreña
Los meses de noviembre de 1936 a febrero de 1937 son
fundamentales para la supervivencia de la República. Durante este tiempo, la
coincidencia con la Batalla de Madrid hace que la defensa de Málaga sea un
objetivo secundario. El avance de los sublevados y de las tropas fascistas
italianas desborda a unas fuerzas republicanas a las que triplican en número,
armamento y apoyo aeronaval. Tanto los soldados como miles de civiles huyen a
través de la carretera Málaga-Almería en medio de bombardeos por mar y aire.
Las lluvias caídas durante febrero de 1937 provocaron el
desbordamiento del río Guadalfeo y el de-rrumbe del puente que une la zona de
Salobreña con Motril. Cruzar este cauce se convirtió en una verdadera peripecia
y fueron muchos los que acabaron siendo prisioneros ante el avance de las
tropas rebeldes. La desembocadura del Guadalfeo se convirtió así en símbolo de
la desesperación y de la angustia de la población que huía de los implacables
ataques.
Puerta
de la Prisión Provincial de Granada
La antigua
Prisión Provincial de Granada formaba parte del proyecto modernizador del
sistema pe-nitenciario ideado en la Segunda República. Modelo de una nueva
concepción carcelaria, desde su inauguración fue alabada por su arquitectura,
sus constantes actividades, la limpieza de sus celdas y sus espacios amplios y
soleados. En 1935 albergaba alrededor de medio millar de personas, su capacidad
máxima. Con el golpe de Estado y la dictadura franquista la situación cambió
dramáticamente y el número de reclusos alcanzó un máximo de 5.000 entre 1939 y
1940. Al hacinamiento, insalubridad y desnutrición que sufría la población
encarcelada se sumaban las vejaciones, torturas y palizas. Cada noche se leían
públicamente las listas de los presos que habían sido condenados a muerte y
que, unas horas antes del amanecer, eran llevados en camiones hasta las tapias
del cementerio de Granada, donde eran fusilados. Durante los años 60 y 70
pasaron por sus celdas miles de presos políticos, fundamentalmente comunistas.
Actualmente sólo sobrevive la puerta de entrada, coronada por un escudo de la
República Española.
Huelva
Cárcel Provincial de Huelva
La Cárcel Provincial de Huelva, construida en 1930, fue un
destacado centro de la represión fran-quista durante los años de guerra y
posguerra. Por sus celdas pasaron decenas de miles de detenidos, en muchos
casos como última parada antes de pasar por el pelotón de fusilamiento. Cientos
de reclusos murieron como consecuencia del hacinamiento, las deficientes
condiciones higiénico-sanitarias y la pobre alimentación. Tan sólo entre el 29
de julio y el 31 de diciembre de 1936 se producen alrededor de 760 nuevos
ingresos, fundamentalmente de reclusos de izquierdas procedentes de todo el
país.
Entre finales de los años 60 y 1978, el centro penitenciario
onubense se convierte en la prisión donde se internaba a los presos
homosexuales castigados por la “Ley de vagos y maleantes”. Allí se les sometía
a trabajos forzados, palizas, humillaciones y prácticas pseudomédicas, como las
descargas eléctricas, para “curar” lo que se consideraba enfermedad. En los
años 90, tras la apertura de la prisión Huelva 2, el edificio se fue
abandonando y solo quedó en uso un pequeño centro de régimen abierto en el
módulo de entrada. El 10 de junio de 2004 fue colocada en su entrada una placa
en homenaje a los homosexuales que padecieron en aquel lugar. En 2012 la cárcel
fue convertida en un centro social.
Fosa común de La Palma del Condado
La fosa común de La Palma del Condado, ubicada en el interior del
viejo cementerio de esta pobla-ción, acogía entre 300 y 500 víctimas. La
mayoría eran fusilados procedentes de las localidades onubenses de Bonares,
Manzanilla o Escacena del Campo, y la sevillana Aznalcóllar, entre otras. El
camposanto fue derribado en los años 90 del pasado siglo y actualmente hay un
parque infantil.
Fosa común del cementerio viejo de Almonte
En Almonte fueron asesinadas alrededor de un centenar de personas
que, en su mayor parte, están enterradas en Hinojos, Rociana del Condado,
Bonares, Huelva o Niebla. El actual cementerio cuenta desde 2002 con un
monolito homenaje con los nombres de estas víctimas. El antiguo cementerio
albergaba dos fosas. La primera acogía a 16 personas –ocho mujeres y ocho
hombres– naturales de Bollullos Par del Condado. De la segunda se desconocen
los datos. Derribado en los años 90, el solar ahora es ocupado por un parque
público.
Isla de Saltés. Huelva
La
Isla de Saltés, paraje natural ubicado frente a las mismas calles de Punta
Umbría, se convirtió en 1939 en uno de los 188 campos de concentración
franquistas. Más de 3.000 prisioneros se hacinaron sin techo en esta isla
fluvial de las Marismas del Odiel.
Aldea de Membrillo Bajo. Zalamea
la Real
La aldea de Membrillo Bajo era una pedanía del municipio onubense
de Zalamea la Real que fue completamente destruida durante la Guerra Civil. La
totalidad de sus habitantes fueron asesinados, sus casas incendiadas y sus
tierras usurpadas por terratenientes. La matanza, que duró varios días, fue
llevada a cabo por al menos nueve miembros de las fuerzas franquistas. Entre
las víctimas, mujeres y niños incluidos, figuraba el alcalde pedáneo, que fue
mutilado salvajemente.
Tras la Desamortización Civil de 1855 el Estado expropió las
tierras que eran de propiedad munici-pal y, mediante una serie de subastas
fraudulentas, las entregó a caciques locales. La llegada de la II República
despertó las esperanzas de que la Reforma Agraria sirviera para recuperar los
bienes comunales. Los litigios por las tierras no terminaron hasta que la
Guerra Civil los resolvió expeditivamente: los habitantes de Membrillo Bajo
fueron asesinados como castigo por su gran significación en la lucha por los
ejidos.
Muro del Parque Moret. Huelva
Huelva fue ocupada a finales de julio de 1936. Se produjeron
ejecuciones masivas en lugares como las tapias del cementerio de la Soledad,
camposanto que podría albergar hasta 4.500 cadáveres de fusilados, tanto de la
capital como de los municipios cercanos que caían en manos de los sublevados.
La represión fue de tal calibre que en septiembre de 1936 muchos vecinos
desafiaron a las autoridades e intentaron acercarse a presenciar los
fusilamientos en zonas como El Conquero, junto al Parque Moret.
Jaén Fosas comunes del cementerio de Andújar
La represión llevada a cabo por las fuerzas sublevadas dejó en
Andújar el balance de 93 fusilados en las tapias del cementerio, cinco muertos en
las prisiones de la ciudad y 18 vecinos más que fueron asesinados en la capital
jiennense. En el cementerio andujareño existen al menos dos fosas comunes. La
primera de ellas se localizaría en el muro oeste y la segunda siguiendo la
línea del antiguo muro norte que delimitaba la zona católica. Esta última se
encontraría en la actualidad en medio del camposanto por las sucesivas
ampliaciones del recinto.
Fosas comunes del cementerio de Martos
Los
primeros fusilamientos se produjeron en Martos el 10 de mayo de 1939, con 68
represaliados. El 10 de marzo de 1942, a los pocos días de hacerse con el
control militar un nuevo teniente coronel, tiene lugar la ejecución sumarísima
del que fuera alcalde de Martos durante la II República y secretario general de
UGT en la localidad. La exhumación de los cuerpos del regidor y del líder
sindical tuvo lugar a comienzo de los años 80 de la pasada década.
Fosa común del cementerio de
Linares
La fosa de las personas asesinadas en Linares está localizada en
el patio de San Diego del cemente-rio municipal. Se calcula que podría albergar
los restos mortales de 66 víctimas. El 14 de abril de 1939 comenzaron los
fusilamientos en las inmediaciones del cementerio de la ciudad. En total fueron
58 los linarenses ejecutados hasta septiembre de 1941.
Fosa común del cementerio de
Úbeda
Concluida la Guerra Civil, en 1939 se establecen en Úbeda cuatro
juzgados militares del Ejército de Operaciones del Sur desde los que se
tramitan miles de informes de conducta político-social y se realizan centenares
de detenciones e interrogatorios. También se habilitan edificios como cárceles,
donde se hacinarán los detenidos a la espera de comparecer ante el Consejo de
Guerra.
El ciclo cronológico de los asesinatos en Úbeda abarca desde abril
de 1939 a junio de 1940. Las fuentes documentales una extensa bibliografía
apuntan a que la relación nominal de víctimas de la fosa común de esta
población la componen 75 personas.
Málaga Fosa de Istán
El ejército golpista ocupa Istán en febrero de 1937 sin
resistencia armada. Pese a ello, las fuerzas sublevadas actúan con brutalidad
en sus represalias. Varios vecinos son detenidos por los falangistas. Durante
su traslado a Marbella, a apenas unos kilómetros, son asesinados y enterrados
en una cuneta. Posteriormente, las víctimas directas de la represión ascenderán
a 42, a las que se suman las personas con penas de prisión y los dos vecinos
que acabaron en campos de exterminio nazi.
Cementerio de San Lorenzo. Ronda
La toma de Ronda suponía para el ejército sublevado cerrar un arco
sobre Málaga que abarcara desde Antequera hasta Algeciras, incluyendo la línea
férrea desde Bobadilla que permitía el envío de tropas y suministros a la
región cordobesa. La última y definitiva fase del avance de los rebeldes sobre
la comarca rondeña tuvo lugar en enero de 1937. La ocupación conllevó una gran
represión sobre las personas afines al Gobierno de la República. El cementerio
de San Lorenzo fue el escenario de numerosos asesinatos y, según algunas
fuentes, la cifra final podría superar varios miles.
Fosa común del cementerio de
Villanueva de Cauche. Antequera
De la fosa común del cementerio de la pedanía antequerana
de Villanueva de Cauche fueron ex-humados los restos de 18 personas: 8 varones
naturales de Casabermeja y otros 10 de Periana. El perfilpolítico y laboral de
ellos era similar, pese a la diferencia de edad y procedencia. Todos eran
afiliados a sociedades obreras y sus medios de vida eran los jornales que
recibían por sus labores en el campo.
Los documentos encontrados en el Archivo Municipal de
Casabermeja y en el Archivo del Juzgado Togado Militar de Málaga confirman que
los procesados fueron asesinados en el cementerio de Villanueva de Cauche la
noche del 23 de junio de 1937. La disposición de los cuerpos y los testimonios
recogidos confirman que la ejecución se llevó a cabo primero sobre el grupo de
bermejos, sin esperar la llegada del camión con los vecinos de Periana.
Fosa común del cementerio de Teba
Los trabajos llevados a cabo en el cementerio municipal de
Teba, tras analizar los documentos del Archivo Histórico Municipal y del
Registro Civil, permitieron delimitar una fosa de 25 metros de largo por dos de
ancho. La zanja recibió a las primeras víctimas, adolescentes, mujeres y
hombres, el 15 de septiem-bre de 1936. Todos ellos eran vecinos de la localidad
y simpatizantes de izquierdas. Algunos, además, habían participado años atrás
en la Revolución de octubre de 1934 y cumplido condena por ello en la Prisión
Provincial de Málaga. La masacre, que se prolongó durante meses, se tradujo en
151 asesinados.
Prisión
Provincial de Málaga
La prisión provincial de Málaga se inauguró en octubre de
1933, tras la reforma del sistema peni-tenciario llevada a cabo por la
República. Tenía capacidad para varios centenares de presos. A partir de la
ocupación franquista el 8 de febrero de 1937, las masivas detenciones la
convirtieron en lugar de hacina-miento de miles de personas y en el escenarios
de asesinatos mediante garrote vil. También fue la antesala de los traslados al
Cementerio de San Rafael, donde se llevaban a cabo los fusilamientos. Las
acciones de resistencia que se produjeron tuvieron trágico final. Las
estadísticas oficiales de 1942, cuando ya se habían producido numerosas
excarcelaciones, contabilizan hasta 3.203 presos en momentos puntuales. El
temor a los interrogatorios provocó numerosos suicidios: la asfixia por
ahorcamiento fue común desde los primeros días de la ocupación hasta los más
avanzados años 40.
Cárcel
de Mujeres de Málaga
A principios del siglo XX se inauguró en Málaga una
prisión-correccional próxima al río Guadalme-dina. Las condiciones del conocido
como “Caserón de la Goleta” fueron pésimas casi desde sus inicios. Declarada la
guerra, y especialmente a partir de la ocupación franquista de Málaga en 1937,
los edificios carcelarios se quedaron pequeños. La población reclusa desde el
millar en 1937 hasta las 3.900 en 1945.
En la postguerra, las ingresadas proceden de
actividades relacionadas con la situación de miseria generalizada. Factores
como el racionamiento, la escasez de productos alimenticios y sanitarios, la
epidemia de tifus o la gran cantidad de familiares varones encarcelados
empujaron a las mujeres al mercado negro, a la prostitución o a la venta de
favores sexuales.
Sevilla
La Pañoleta. Camas
El 19 de julio de 1936 el Gobierno de la República acordó formar
una columna mixta de medio mi-llar de mineros, carabineros y guardias civiles
para acudir desde Huelva a sofocar la rebelión de los militares golpistas en
Sevilla. Los 60 guardias civiles decidieron adelantarse y, al llegar a Sevilla,
se unieron a la sublevación militar. Emboscaron a los mineros en el cruce de La
Pañoleta y la Cuesta del Caracol. Pasado el mediodía, la Guardia Civil entraba
en Sevilla con 71 prisioneros y gran cantidad de dinamita. En el lugar de los
hechos fueron contabilizados 25 cadáveres. El 31 de agosto a las cinco de la
madrugada seis camiones con cinco guardias civiles cada uno recogieron a los
presos, divididos previamente en seis grupos. Todos fueron fusilados sobre las
5.30 en La Macarena, Triana, Amate, Ciudad Jardín y La Pañoleta.
El Canal de los Presos
El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (SCPM), que
comenzó a funcionar entre el otoño de 1939 y el invierno de 1940, reclutó la
mayor parte de sus trabajadores entre presos suministrados por el Patronato
para la Redención de Penas por el Trabajo. El Ministerio del Ejército facilitó
los mandos y las unidades de tropa que desempeñaron las jefaturas
administrativa y técnica y las tareas de escolta y vigilancia de los campos.
También existió una estructura paralela formada por los propios presos.
La Primera Agrupación del SCPM se instaló en la localidad
sevillana de Dos Hermanas para realizar la construcción de un canal de riego de
150 kilómetros de longitud, el conocido como Canal de los Presos. Durante una
primera etapa (1939-1943) se hizo mayor hincapié en la “reeducación del rojo”.
Fueron los años de mayor dureza en las condiciones de vida y en el trato que
recibían. Durante la segunda etapa (1943-1956) la SCPM funcionó como un negocio
privado. En junio de 1960 se decidió su supresión, tras décadas de explotación
económica en beneficio de los grandes terratenientes. El campo andaluz registró
durante este periodo el fenómeno del latifundio de regadío, inédito hasta
entonces.
El canal nace en la presa de Peñaflor, recorre 158 kilómetros por
la margen izquierda del río Guadaí-ra y muere en el caño de Trebujena (Cádiz).
El segundo tramo, el central, es en el que más trabajaron los presos. Tiene una
longitud de 82 kilómetros y su construcción se extendió entre 1940 y 1962.
Cruza los términos municipales de Carmona, Villanueva del Río, La Rinconada,
Sevilla, Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y Los Palacios. Entre 6.000 y 7.000
penados pasaron por los campos de concentración vincula-dos a su construcción,
en una de las mayores pruebas del trabajo esclavista que se dio en la
Dictadura.
El Aguaucho y el Parque de los Luchadores por la Libertad. Fuentes
de Andalucía
Fuentes de Andalucía es uno de los pueblos de la provincia
de Sevilla donde el golpe militar de julio de 1936 triunfó de forma inmediata.
En la mañana del día 19 de julio, la mayoría de los fontaniegos destacados de
izquierda fueron apresados. Entre el 24 de julio y el 29 de septiembre, la
represión organiza-da dejó 116 cadáveres en fosas comunes. En el Registro Civil
solo figuran inscritos 103 fallecimientos (25mujeres y 78 hombres), y en todos
aparece como consecuencia de “la Guerra”. Las represalias contra las mujeres no
se limitaron a raparles el pelo, administrarles purgantes y exhibirlas por las
calles sino también a fusilarlas incluso en avanzado estado de gestación.
En este escenario destaca el caso de la finca El Aguaucho,
situada en la carretera N-IV. Hasta allí se dirigieron, en agosto de 1936, un
grupo de falangistas con un camión cargado de prisioneras de entre 16 y 22
años. A media mañana, tras obligarlas a preparar y servir la comida, las
violaron, asesinaron y arrojaron sus cuerpos a un pozo. Al atardecer, el camión
volvió y recorrió la calle principal ocupado solo por los asesinos que, en
estado de embriaguez y a modo de trofeo, portaban la ropa interior de las
jóvenes asesinadas en la punta de los fusiles.
La
fosa del cementerio de La Puebla de Cazalla
La represión
en Puebla de Cazalla adquirió una gran dimensión. Los datos obtenidos en los
trabajos llevados a cabo hasta ahora avalan los estudios de los historiadores.
La primera fosa documentada es la conocida como “El Carnero”. De unos 40 ó 50
metros de diámetro y unos 3,5 de profundidad, se sitúa junto al muro posterior
del cementerio, en lo que fue el camposanto protestante. El lugar servía de
basurero del recinto hasta la actuación de los familiares de las víctimas allí
enterradas, que han logrado adecentar y dignificar la zona.
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